domingo, 11 de abril de 2010

No es lo mismo un casco de guayaba que un casco de wayaba


Usualmente cuando uno compra una guayaba, para comerla, se pica en dos, ella misma no, tendría que ser una wayaba para picarse sola y entregarse impacientemente, desbocadamente; y qué, ¿con una cuchara nos vamos comiendo lo de adentro?, la carne, el sabor, lo rosa, lo auténtico de ella, toda, degustándola, refrescándonos, alimentándonos como vaya viniendo. Pero el casco se deja, es interesante su rescate, y recolección de los que vayan quedando, así se hayan comido todas las wayabas, no hay nada como poder cocinar los mejores cascos y comenzar de nuevo, conservando el yo más puro, en ese melao, allí apretados, en un frasco de vidrio, concentrando su sabor más auténtico.
Hasta regenerarse, y volver a picarse en dos, y volver a entregar una de las mitades, o las dos, el riesgo de la picada, de que te coman, de la digestión, de que se convierta en el fruto preferido, de la intoxicación, de ser el postre predilecto, de que se pudra en manos de otros, de nunca perder el sabor de la wayaba, de siempre salvar los cascos.
¡De siempre salvar los cascos!
Li

3 comentarios:

  1. hasta que no te quieras salvar más..
    y dejes que te coman..
    grr
    ojalá valga la pena

    :)

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  2. qué dicen las ¨CONCHITAAAAS¨..
    propongo cambio de nombre.. de 3wayabos a 3conchitas
    jajajaja

    María Conchita.

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  3. HIJA QUE BELLA ERES!WAYABA PERFECTA POR DENTRO Y POR FUERA!!!!!!!!!EL QUE NO APRECIA ESTE POSTRE TAN ESPECIAL ,NO SABE LO QUE ES VIVIR A PLENITUD.GUSTO Y SABOR!VIDA Y AMOR.! TE AMO!

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